viernes, 8 de noviembre de 2013

El gen de la «juventud eterna» repara los tejidos en adultos

Esta imagen muestra el crecimiento de tejido en ratones adultos con el genLin28a reactivado. CELL, SHYH-CHANG ET AL

Desde que Charles Darwin publicara sus primeros escritos sobre la Teoría de la evolución los científicos se cuestionan porqué las lesiones en los animales más jóvenes se recuperan mejor y más rápidamente que las de animales más mayores. 

Se han apuntado a diversos factores, como los genes, pero ahora por fin, gracias a una investigación de que publica en Cell, se ha podido identificar a uno de los responsables: se trata del gen Lin28a, un gen evolutivamente conservado que es muy activo en embriones, pero no así en los adultos. 

Dicho gen, según el trabajo realizado en el Hospital Infantil de Boston y la Escuela de Medicina de Harvard, en EE.UU., es capaz de mejorar la reparación de los tejidos después de una lesión cuando es reactivado en ratones adultos. Los resultados abren nuevas vías para el tratamiento de lesiones y enfermedades degenerativas en los seres humanos adultos.

«Aunque suene a ciencia ficción -señala el autor del trabajo, George Daley-, lo cierto es que pensamos que Lin28a podría ser parte de un 'cóctel curativo' que daría la oportunidad a los adultos a reparar sus tejidos de forma similar a lo que ocurre en los animales más jóvenes».

Se sabe que en todos los animales, desde los insectos, anfibios, peces o mamíferos, la reparación de tejidos es más eficiente en los más jóvenes que en los adultos. Las causas moleculares de este fenómeno han sido muy esquivas pero parece que por fin Daley han dado con la solución: «creemos que la proteína Lin28a podría jugar este papel, ya que regula el crecimiento y el desarrollo en edades más tempranas juveniles, mientras que su nivel disminuye con el paso del tiempo».

Activación de Lin28a

Para probar si dicha proteína influye o no en la reparación de tejidos en los adultos, Daley y su equipo reactivaron el gen Lin28a en grupo de ratones adultos. Los resultados mostraron que Lin28a indujo un mayor crecimiento del pelo en los ratones después de que fueran rasurados y promovió la reparación de tejidos en los oídos y los dedos después de que fueran lesionados. Además, añaden, la proteína también estimuló la proliferación celular y la migración, acontecimientos que críticos para la reparación de los tejidos.

«Nos sorprendió que lo que se creía anteriormente que era una función celular sencilla de 'limpieza' fuera tan importante para la reparación de los tejidos», asegura otro autor del estudio, Shyh -Chang Ng ,de la Escuela de Medicina de Harvard. El experto explica que en uno de sus experimentos se vio que al activar directamente el metabolismo mitocondrial con relacionado con Lin28a, en vez de activar dicho gen, se mejoraba la cicatrización de las heridas. «Esto sugiere que podría ser posible utilizar medicamentos dirigidos a esta diana para promover la reparación de los tejidos en los seres humanos».

E. ORTEGA

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