sábado, 7 de septiembre de 2013

Como obtener Agua Viva y Estructurada ...de Forma sencilla

El agua es un elemento tan extraordinario que a pesar de que se la contamine y someta a diferentes tratamientos conserva al menos un 4% de la estructura residual de su fase cristalina. Y ese resto, aunque mínimo, permite reactivar la vida que hay en ella.

Al menos eso es lo que asegura el investigador alemán Peter Gross, creador de un aparato de uso doméstico con el que - afirma - se puede convertir el agua corriente desestructurada y desenergetizada en agua viva, estructurada, de gran valor biológico y notables cualidades terapéuticas. Gross tuvo la deferencia de venir hasta nuestra redacción para explicárnoslo en detalle.

Este es el resumen de la conversación que durante varias horas mantuvimos con él.

La publicación en los tres anteriores números de la revista (50, 51 y 52) de sendos reportajes sobre las cualidades y propiedades terapéuticas del agua llevaron a muchos lectores a ponerse en contacto con nosotros para saber cómo podían obtener agua viva con propiedades terapéuticas.

Y si bien la información del último número es suficientemente explícita al respecto porque el investigador japonés Masaru Emoto ha demostrado científicamente - no hay más que ver sus miles de espectaculares microfotografías - cómo actuar sobre el agua de numerosas maneras no es menos cierto que existe un singular y novedoso sistema que permite sin intervención nuestra tener en casa agua magnética tanto para el consumo diario como para el aseo personal.

Un avance importante - tal vez trascendente - porque las propiedades terapéuticas del agua magnética son muy notables como ya explicamos en el segundo reportaje mencionado recogiendo la información que sobre ella publicaron en su día tanto el doctor en Física y Química Felicísimo Ramos - ver su obra El agua magnetizada - como el médico francés Louis Donet. Dada su importancia publicamos de nuevo en un recuadro en qué dolencias o enfermedades es útil el agua magnética.

¿Y qué utensilio es ese que permite magnetizar - que no imantar - el agua corriente?

Pues hablamos del Activador GIE, un aparato inventado por el ingeniero alemán Peter Gross que en realidad no sólo magnetiza el agua sino que además logra revitalizar su estructura cristalina natural convirtiendo el agua corriente de grifo, desestructurada y energéticamente muerta, en agua potable viva, estructurada y de alto valor biológico con notables cualidades terapéuticas.

Y, encima, con un sabor mucho mejor que la del agua muerta de la que se obtuvo.

¿QUÉ ES EL "ACTIVADOR GIE"?

El Activador GIE es un sistema de reestructuración, revitalización energética y magnetización del agua que se fabricó por primera vez en 1996 siendo - que sepamos - el único de tales características en el mundo.

Su inventor es un científico alemán llamado Peter Gross a quien tuvimos oportunidad de conocer hace unas semanas cuando, aprovechando una visita de trabajo a España, tuvo la gentileza de acercarse hasta nuestra redacción con su mujer - y estrecha colaboradora - Mona y su amiga y representante en España Marion Kuprat.

Y así, a lo largo de varias horas de distendida charla, supimos cómo se le ocurrió la idea de fabricar un aparato tan singular.

-Afirma usted que el Activador GIE que ha creado reestructura y revitaliza el agua desestructurada y muerta. ¿Cómo es eso posible técnicamente?

-Es sencillo: el agua corriente normal tiene una radiación de biofotones relativamente baja y, por tanto, de escasa calidad biológica. Y la tecnología incorporada en el Activador GIE consigue, entre otras cosas de las que hablaremos, que al pasar el agua por su interior el ángulo vinculante del hidrógeno - recordemos que el agua es H20 - se "abra" de 104,5º a 109,5º.

Ello permite que se formen nuevas moléculas de agua que en grupos de ocho se asocian luego para formar nuevas estructuras cristalinas estables. Es decir, el agua tratada con el aparato tiene parámetros físicos diferentes a los del agua corriente.

Se transforma en un agua de mucha mayor calidad biológica.

-Dice que el agua corriente tiene una radiación de biofotones relativamente baja y que por ello es de escasa calidad biológica... ¿Puede aclararnos este punto?

-Verá, está científicamente demostrado en laboratorio que todos los alimentos, incluido el agua y los demás líquidos, almacenan luz. Bueno, información a través de biofotones. Y que es precisamente el contenido de luz de nuestra comida y bebida, junto con su orden interno, lo que determina su valor biológico vital.

Pues bien, con el sistema que he creado el agua es expuesta a frecuencias naturales que, entre otras cosas, hace que se llene de luz armónicamente estructurada. Por eso al agua GIE es un alimento estructurado del más alto orden.

-Eso nos recuerda los trabajos sobre los quantum de luz del físico austriaco y Nobel de Física en 1933 Erwin Schrödinger. Llegó a afirmar que "los humanos somos seres vivos que tenemos que comer orden".

-Efectivamente. Conozco y comparto plenamente esa afirmación. Es simple: el orden es fundamental para la vida. Y la gente debería saber que cuando come y bebe absorbe las estructuras de orden - o de desorden - almacenadas en el alimento o bebida en cuestión. Es decir, esa información - ordenada o caótica - pasa en forma de frecuencias a nuestras células.

Dicho de otra forma: la información existente en la comida y la bebida que ingerimos pasa a nosotros. Y recibir una información positiva o negativa termina determinando nuestro estado de salud mental, emocional y física. A fin de cuentas, todo está interrelacionado.

Consecuentemente, no es lo mismo comerse un tomate biológico madurado lentamente al sol que uno de invernadero y tratado con pesticidas tras ser arrancado aún sin madurar de la planta.

La diferencia es mucha e importante porque esos dos tomates no van a transmitir la misma información, ni tiene el primero la estructura ordenada del segundo.

-Así lo indican en efecto los trabajos de Schrödinger quien daba mucha importancia al orden de las estructuras de aquello que ingerimos. Claro que no hace falta remontarse a 1933 porque, de hecho, hace apenas dos meses publicábamos en nuestras páginas las imágenes obtenidas por Masaru Emoto al fotografiar los cristales congelados de moléculas de agua expuestas a distintas energías, positivas o negativas. Y es curioso observar las formas que adquieren las estructuras de esos cristales según la energía recibida sea de un tipo o de otro.

-Tiene razón, no hay nada más gráfico y clarificador que las más de 10.000 fotografías de Masaru Emoto. Esas imágenes han demostrado sin lugar a dudas que cuando se destruye la estructura interna del agua se destruye la geometría de ese elemento.

Y donde no existe geometría no existe energía.

A fin de cuentas, según la Biofísica la energía no es otra cosa que información; o, si lo prefiere, un patrón de frecuencias electromagnéticas. Por tanto, el agua pura no contaminada ni manipulada presenta una estructura cristalina y geométricamente regular que puede transmitir energía, es decir, información beneficiosa para quien la bebe.

-En suma, lo que hace el Activador GIE es devolver al agua corriente su estructura ordenada y cristalina...

-Eso es. Mire, en realidad el aparato activa hasta quince mecanismos diferentes que se ponen en marcha con la simple presión del agua al pasar por él cada vez que se abre el grifo. Mecanismos que revitalizan el agua mediante turbulencias, magnetización, oxigenación, energetización y otros procesos (el lector puede ver en el recuadro adjunto todo lo que hace el Activador GIE desde un punto de vista técnico).

-Lo que no terminamos de entender es cómo se puede revitalizar un agua presuntamente "muerta".

-Es que el agua es un elemento tan extraordinario que, aún en las peores condiciones, conserva al menos un 4% de la estructura residual de la fase cristalina. Y a partir de ese pequeño resto de agua viva se puede "reactivar" el resto hasta devolverla su estructura vital y beneficiarnos de la vida que sigue quedando en ella.

UN AGUA CURATIVA

-Conocemos ya las numerosas propiedades terapéuticas del agua magnética (vea el lector el recuadro que publicamos al respecto), pero, ¿ha constatado si el agua tratada con su Activador GIE posee, además de esas, otras propiedades añadidas?

-Ciertamente. Está demostrado que las personas que utilizan únicamente agua GIE, tanto para beber y cocinar como para el aseo personal, terminan expulsando a través de la orina las toxinas que durante años habían acumulado en su cuerpo causando distintas molestias e, incluso, dolencias graves.

Y no sólo eso: también hace que las sustancias nocivas que tomamos con nuestra dieta diaria no se sigan acumulando y sean directamente expulsadas por los mecanismos de que dispone el cuerpo para ello.

-Quiere decir que incluso previene la aparición de muchas de las llamadas enfermedades...

-Sí. Y de ahí que mis colaboradores y yo no nos cansemos de hablar de sus bondades. A las pruebas me remito. Está fehacientemente constatado en laboratorio que si se consume diariamente este agua y se utiliza también para el aseo personal la sangre forma en 6 u 8 semanas una cantidad considerablemente superior de glóbulos rojos, portadores de oxígeno.

Eso significa, a corto plazo, tener un 20% más de oxígeno en la sangre. Y sin perder fluidez sanguínea porque el agua tratada con el Activador GIE es más fluida que la que sale del grifo o la que compramos embotellada. Supongo que no hace falta que explique la importancia que tiene este hecho.

Baste recordar que su simple ingesta permitiría prevenir - e, incluso, tratar - cualquier enfermedad que se caracterice por falta de oxigenación de los tejidos. Como puede ser, por citar sólo una, el Mal de Alzheimer.

-Desde luego resulta sorprendente que usando simplemente este agua tan especial se puedan prevenir y tratar tantas enfermedades...

-Bueno, hablamos de un agua viva, magnetizada y reactivada que la convierte efectivamente en un elemento terapéutico de extraordinario valor biológico para el organismo. Aunque añadiré que lo que realmente la convierte en un agua "especial" es un fenómeno curioso que no se ha observado en ningún otro agua.

-¿A qué se refiere?

-A que el agua que se obtiene con el Activador GIE... ¡se adapta a las necesidades de cada ser de forma individual! Y se lo explico: el agua GIE transmite a las células de cada persona únicamente las frecuencias que ésta necesita en ese momento, que, evidentemente, son distintas de las que puede necesitar en otra ocasión o de las que precisa otra persona completamente distinta.

-Es decir, que además es un agua "inteligente y selectiva".

-Bueno, podría decirse así. Verá, como ya dije, todo alimento o bebida que ingerimos posee un orden estructural y una información que nos transmite por biorresonancia. Pues bien, si esas frecuencias sintonizan - resuenan - con las nuestras, lo ingerido es fácil y rápidamente asimilado por el organismo.

En cambio, lo que no sintoniza en lugar de generar resonancia provoca disonancia. Y las consecuencias son, entre otras, los residuos y toxinas no asimilados que deja ese alimento en el organismo. Algo que ocurre siempre cuando los alimentos están "muertos".

Sin embargo, el agua tratada con el Activador GIE siempre resuena positivamente. Y aporta la "información" que en ese momento el cuerpo precisa. Información que puede ser distinta hoy a dentro de un mes y que suele ser además diferente en cada persona.

UN APARATO AL ALCANCE DE POCOS

Llegados a este punto debemos decir que los Activadores GIE los fabrica de manera prácticamente artesanal una empresa alemana creada por el propio Peter Gross que se llama Aqua Ligro y que actualmente tiene representantes en varios países, incluida España.

El problema es que se trata de un aparato no muy grande pero sí muy sofisticado en su interior que está fabricado con material caro y se monta de forma completamente manual e individual por lo que se tarda todo un día en fabricar una sola unidad.

Como consecuencia, resulta que se están fabricando actualmente sólo unas 80 unidades al mes.

Tal es la producción que hoy se hace para todo el mundo.

-Pues teniendo en cuenta el escaso nivel de producción de su empresa se convierte en un auténtico privilegio disponer de uno de sus aparatos...

-Sí, pero no estamos en condiciones de fabricar más por el momento. Tenga en cuenta que mi mujer y yo no montamos la empresa para ganar dinero sino para impedir que este descubrimiento se pierda, que quede en el olvido. De ahí que buena parte de mi tiempo lo esté dedicando ahora a dar conferencias y seminarios.

-Luego el precio será también "exclusivo".

-Supongo que eso depende de la valoración que cada uno haga de sus propiedades. El aparato se vende al público en unos 2.500 euros y le aseguro que no da más que para cubrir los costos del material y los sueldos. Insisto en que fabricamos sólo 80 al mes. La ventaja es que una vez instalado no requiere revisiones ni mantenimiento.

Basta colocarlo tras el contador del agua en casa o en la oficina. Además, puede instalarse de forma que lo usen hasta cuatro viviendas a la vez con lo que se reduce el costo por familia notablemente. Por otra parte, le aseguro que a las pocas semanas de tenerlo instalado en casa todo el mundo da por bien invertido el dinero.

-Pues, honestamente, confiamos en que se anime usted a aumentar la producción. Un invento como el suyo no puede estar sólo al alcance de unos cuantos privilegiados. Permítanos agradecerle sinceramente, por último, que se haya desplazado hasta nuestra redacción y nos haya permitido compartir sus conocimientos.

-Les aseguro que para mi mujer y para mí también ha sido un placer charlar con ustedes.

Nota: el lector interesado en complementar la información ofrecida en este reportaje puede hacerlo en www.agua-viva.info

Cómo actúa el Activador GIE

El aparato inventado por el ingeniero alemán Peter Gross activa el agua ¡en menos de medio segundo!

Ese es el tiempo que tarda en entrar en su interior, someterse a los mecanismos de activación y volver a salir. Sin electricidad ni motores. Con energía natural. Y al no haber partes móviles, sin desgaste mecánico. No requiere pues mantenimiento ni comporta gastos de ningún tipo. Su colocación, además, es muy sencilla.

En cuanto a lo que el aparato hace en ese reducido tiempo es lo siguiente:

Bifurca en su interior la corriente de agua en dos conductos.

Produce turbulencia mediante rotación del agua en una tubería helicoidal.

Produce turbulencia mediante el ajuste de polaridad norte de las moléculas de agua con repentino cambio de sentido merced a un imán.

Produce turbulencia por el ajuste de polaridad sur de las moléculas de agua con repentino cambio de sentido mediante la utilización de un imán.

Produce la ionización magnética permanente del agua.

Provoca un cambio magnético permanente de la estructura de la cal haciendo el agua más blanda.

Produce turbulencia mediante 17 zonas alternantes de presión y absorción a un ritmo de milésimas de segundo lo que causa la destrucción física de bacterias.

Produce turbulencia al generar campos altamente magnéticos con diferentes vectores de línea de campo e imposición de los mismos entre y en los tubos conductores del agua debido al transporte de iones libres gracias al flujo del agua en el momento de su toma. Sin recurrir en ningún momento a la electricidad.

Transmite al agua hasta 10.000 frecuencias naturales distintas.

Transmite al agua varias frecuencias naturales inmateriales como las propias del crepúsculo matutino y vespertino, la luz plena de mediodía o la luna llena.

Aísla contra los efectos del "smog" eléctrico.

Enriquece el agua con oxígeno (entre un 5 y un 8%) sin suministro de oxígeno

Produce una recarga quíntuple de argón con un sistema por capas.

Energetiza altamente el agua al emplearse exclusivamente materiales de construcción de orientación axial.

En suma, mediante estas acciones lo que logra el Activador GIE es eliminar bacterias indeseables y "borrar" del agua toda frecuencia indeseable.

Asimismo, crea un potente remolino electromagnético que cambia varias veces su sentido de giro - en milisegundos - para luego someter el agua a una intensa turbulencia mecánica y a una casi simultánea magnetización del agua que, una vez limpia, estructurada y oxigenada es energetizada con miles de informaciones naturales.

El resultado final es, según Peter Gross, un agua de altísima calidad biológica.

Eficacia terapéutica del agua magnética

Para llevar a cabo sus dos misiones fundamentales, es decir, transportar elementos nutritivos y drenar los desechos orgánicos, el agua necesita disolver las sustancias y luego arrastrarlas.

Pues bien, según el doctor Felicísimo Ramos - autor de El agua magnetizada - cada una de esas misiones se mejora si el agua es magnética ya que ésta es diurética, ligera, más fácilmente asimilable, mineralizada y no tiene el inconveniente de formar microcristales nefastos para el organismo.

Además actúa como drenante general del organismo y como regulador de todos los sistemas del cuerpo: circulatorio, nervioso, locomotor, digestivo, respiratorio, excretor, reproductor y endocrino.

Asimismo, entre las distintas funciones que realiza el agua magnética en nuestro organismo cabe destacar las siguientes:

Energetiza el organismo y ayuda a conservar el buen estado de salud.


Disminuye la viscosidad de la sangre y favorece la circulación sanguínea.

Favorece la función pancreática. Gracias a ello los diabéticos pueden muchas veces disminuir su medicación.

Colabora eficazmente en el proceso digestivo evitando los trastornos causados por el insuficiente poder solvente del agua común. Al disolver mejor las sales de los alimentos se asimilan mejor los nutrientes y se evitan el estreñimiento y la diarrea.

Aumenta la solubilidad de las sales. Por eso, suministrándola regularmente a quienes tienen piedras en el riñón y en la vesícula consigue - en un elevado porcentaje - eliminar cálculos renales y biliares y se reduce la posibilidad de producir más.

Facilita la expulsión de los molestos gases que provocan la hinchazón del vientre.

Limpia los poros de la piel en profundidad por lo que ésta queda húmeda y suave más tiempo evitando que se reseque.

Es muy útil en el lavado de heridas, el dolor de ojos, el tratamiento de los eczemas, las úlceras en las mucosas y la limpieza bucal en casos de halitosis.

Además, su acción bactericida se pone de manifiesto en la cicatrización de pequeñas heridas y arañazos cutáneos. Y eso no es todo. A las propiedades descritas por el doctor en Física y Química Felicísimo Ramos hay que añadir los efectos terapéuticos contrastados por el médico francés Louis Donet.

Son estos:

Favorece la normalización de los índices de colesterol y de urea.

Regula la presión arterial, actúa sobre el tono y la elasticidad de los pulmones y el estómago, y tiene un efecto beneficioso sobre las variaciones en el sistema hormonal.

Aumenta los movimientos peristálticos del intestino y sus efectos terapéuticos son notables en problemas digestivos como náuseas, vómitos, hinchazón de vientre, flatulencia, estreñimiento, etc.

Ayuda a eliminar la celulitis, fluidifica la sangre, mejora la circulación y conserva la elasticidad de los vasos sanguíneos. Así, previene la trombosis y la tensión sanguínea elevada.

Contribuye a que la región vesicular se vuelva blanda e indolora. En las heces se detecta la evacuación de pequeños cálculos biliares y en 2 o 3 meses desaparecen en su mayor parte los cálculos úricos.

Aumenta la tasa urinaria y se disuelven más rápidamente los cálculos renales.

Suaviza la piel, ablanda y elimina las durezas y mejora las dermatosis. Además, las uñas y cabellos mejoran de aspecto y de brillo.

LA MEMORIA DEL AGUA

Es importante entender que el agua tiene "memoria".

Es decir, posee la capacidad de almacenar en su estructura reticular, en forma de frecuencias electromagnéticas, la información de las sustancias de todo tipo con las que entra en contacto:

minerales
vitaminas
aminoácidos
agentes químicos
microorganismos (bacterias, virus, hongos...)
radiaciones
plantas
frutos
metales
hormonas
disolventes
productos fitosanitarios
abonos, etc.

En el agua se puede hasta registrar la luz, el sonido, las emociones o los pensamientos. Y esa información, que se transmite a través de frecuencias, no se "borra" fácilmente.

Hoy se pueden extraer del agua muchas de las sustancias nocivas materiales mediante algunos de los métodos conocidos - destilación, filtración, etc. - pero con ellos no se eliminan las miles de frecuencias grabadas en ella que luego ejercen su efecto en los sistemas biológicos.

Es decir, la información de las sustancias con las que ha estado en contacto permanecen en el agua. Y se transmiten a nosotros, en mayor o menor medida, cuando la ingerimos. Y otro tanto ocurre con todos los alimentos que se echan al agua o los lavamos con ella.

La Homeopatía o las Flores de Bach, por ejemplo, funcionan precisamente porque el agua almacena la información de las sustancias que se diluyen en ella.

Por eso la cantidad de producto no tiene tanta importancia. Y esa información que se almacena en la estructura del agua es traspasable a los sistemas biológicos - humanos, animales y plantas - como si las sustancias materiales aún estuviesen en ella.

En todo caso, debemos saber que el porcentaje de sustancias nocivas que incorporamos con el agua "potable" que bebemos es relativamente bajo en comparación con las sustancias nocivas que consumimos con nuestra comida y que no somos capaces de expulsar. Porque, ¿a dónde cree que terminan yendo a parar los productos agroquímicos que se echan a los alimentos?

Según Peter Gross, comiendo un solo plato de lechuga de cultivo convencional podemos ingerir más nitrato que bebiendo agua durante un mes entero. No olvidemos que somos los últimos en la cadena alimenticia y que, en consecuencia, absorbemos las sustancias nocivas de todos los productos que han contaminado a vegetales y animales.

Cada vez son más los científicos que piensan que la aparición de numerosas enfermedades nuevas se debe primordialmente a dos hechos: la cada vez mayor sobrecarga del organismo con elementos tóxicos artificiales y su incapacidad para expulsar esas toxinas de forma natural porque el agua ha perdido su efecto purificador. Y piénsese que el cuerpo humano consiste en un 70-75% de agua.

Por otra parte, a veces tanto nuestras aguas potables como las minerales embotelladas están químicamente limpias... pero generalmente "muertas". No contribuyen ya a la eliminación de las sustancias nocivas de nuestro cuerpo. Eso sólo lo logra el agua viva, el agua de manantial pura y limpia que se obtiene directamente.

Esa sí desintoxica el tejido conjuntivo y, expulsa las toxinas del metabolismo ayudando en los procesos metabólicos y la digestión. El problema es que con la lluvia ácida encontrar hoy agua realmente pura es un imposible.

De ahí la enorme importancia del Activador de agua GIE.

por José Antonio Campoy y L.J.
Discovery Dsalud
NÚMERO 53 (SEPTIEMBRE / 2003)
del Sitio Web Dsalud
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