jueves, 16 de mayo de 2013

“Enfermedades raras” y laboratorios farmacéuticos que doblegan a los estados

Al hilo de lo que publiqué bajo el título La verdad sobre lo que cuesta producir un medicamento ¿sabéis cual es el fármaco más caro del mundo? Soliris, cuyo principio activo es eculizumab. ¿Que cuánto cuesta? Pues entre 500.000 y 600.000 euros. ¿No os suena nada el nombre del medicamento en cuestión? Publiqué sobre él bastante hace casi dos años cuando hubo una epidemia de bacteria E. coli ¿recordáis?

El medicamento y quien lo fabrica, Alexion Pharmaceuticals, han vuelto a estar en el punto de mira. Viktor Almeysun niño belga de siete años de edad que, junto con otros 20 personas sufren Síndrome Hemolítico Urémico atípico(aSHU), una “enfermedad rara” (su incidencia anual de menos de seis casos por cada 10 millones de habitantes) para la que está aprobado Soliris, dependen de él. Pero cuesta demasiado para la Administración sanitaria de Bélgica.

En tal situación o el Estado financia o la farmacéutica baja el precio (aunque se me ocurre alguna otra idea). Bueno, pues la seguridad social decidió entonces solicitar al fabricante que redujera sus precios porque no estaba claro el coste en el que incurrió Alexion en el desarrollo de Soliris (insisto, releed el post de ayer para ver cómo se manipula el precio real de los fármacos).

Soliris fue probado inicialmente para la artritis reumatoide pero no fue eficaz en esta condición. De haberlo sido, su precio hubiera sido probablemente menor ya que habría tenido que competir con medicamentos que cuestan cerca de 15.000 euros. Las ventas de Soliris en 2010 fueron de cerca de 227 millones de euros y Alexion Pharmaceuticals obtuvo cerca de 194 millones de euros en beneficios netos en 2012.

Alexion se negó a reducir el precio del medicamento y emitió un comunicado en el que afirmaba que la ministra de la salud estaba poniendo en juego la vida de los enfermos al demorar la decisión de reembolso de Soliris.

El comunicado fue acompañado de un escándalo mediático orquestado por el laboratorio farmacéutico quien contrató la firma de comunicación y lobby G+ Europa para incitar a las familias a contar en los medios el caso de Viktor y de los otros niños enfermos de aSHU. El objetivo era obligar al Ministerio de Salud Belga a aceptar el precio impuestoso pena de aparentar negar un tratamiento vital a estos niños.

Sin embargo, el padre de Viktor afirmó que en ningún momento fue informado de la fuente de financiación de G+ Europa y declaró sentirse “asqueado” de haber sido usado para esta campaña.

El Ministerio de Salud Belga logró finalmente un “acuerdo” con el laboratorio (cuyos términos permanecen ocultos) y decidió financiar Soliris para el tratamiendo del aSHU y de la hemonoglobinuria paroxística nocturna, otraenfermedad rara para la que el medicamento está indicado. Hasta la Asociación de Industrias Farmacéuticas Belgas Pharma.be ha cuestionado los métodos de Alexion.

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