sábado, 16 de marzo de 2013

Dime cómo comes y te diré por qué no adelgazas


Más que la dieta o la voluntad que ponemos, son los hábitos de todos los días los que determinan la suerte de nuestro peso.

La estrategia: abandonar los comportamientos automatizados, pensar y mejorar la relación con la comida.

La manera en que comemos es tan importante como la cantidad y la calidad de los alimentos elegidos. Mientras que la mayoría de las personas se preocupa sólo por cuántas calorías contienen una determinada preparación, algunos de los hábitos que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida conspiran contra nuestros mejores esfuerzos para adelgazar.

Una de las razones por las cuales se come de más es porque la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que estamos comiendo. Suele ocurrir que mientras estamos pensando en otra cosa o mirando la televisión agregamos calorías que no necesitamos.

Consejos. Primero, apaga el televisor a la hora de la cena: cuando comemos sin pensar en la comida, comemos de más. Además, tené en cuenta que no se pueden cambiar en dos días costumbres que hemos aprendido y practicado a lo largo de muchos años. Introducí los cambios poco a poco.

¿Qué hábitos conviene comenzar a cambiar?

Comer rápido, al paso o masticando poco.
Comer sin disfrutar la comida.
Comer "automáticamente" (por ejemplo, mientras miramos televisión).
Comer porciones muy abundantes.
Comer hasta "limpiar" el plato.
Comer todo el paquete o la lata de galletitas.
Comer una porción….y otra….y otra…
Hablar de comida todo el día.
Hacer sobremesa sin retirar platos y fuentes.
Comprar comida o cocinar justo en el momento en que se está "muriendo de hambre".
Dejar o guardar alimentos tentadores a la vista.
No te permitas excusas como "soy demasiado ansioso", "no tengo tiempo para sentarme a comer" o "no me gusta dejar comida en el plato". No son reales: empieza a cambiar hoy.

¿Qué hábitos conviene incorporar?

Come siempre sentada. Aunque no sea más que una colación liviana, evita comerla mientras caminas por la calle, o parado, o mientras haces otra cosa.
Siéntate cómodo pero erguido. No asumas una "posición de ataque" frente a la comida.
Disfrutá de cada bocado, mastica bien la comida, espera un momento entre bocado y bocado.
Proponete masticar al menos diez veces la comida sólida. Espera a tragar un bocado antes de servirse otro. ¡Mastica!
Apoya los cubiertos sobre la mesa entre un bocado y otro. De esta manera harás una pausa, comerás más despacio y tomarás más conciencia de estar comiendo.
Usá plato y cubiertos de postre. Te ayudarán a controlar las cantidades de comida.
No lleves fuentes a la mesa. Tener comida a la vista puede tentarte aunque no sientas apetito.
Servite sólo una vez.
Come sólo de tu plato. No "piques" del plato de otro, ni termines lo que otro no comió.
Come un caramelo 10 a 15 minutos antes de las comidas principales. Contribuirá a que sientas menos apetito.
Comenzá las comidas con caldo, sopa o ensalada. Ayudan a conseguir saciedad.
Bebé mucho líquido: agua, soda, gaseosas o jugos dietéticos.
Controla el consumo de alcohol.
Cuando comas, dedicate sólo a comer. Evitá hacer otras actividades como mirar televisión, discutir, leer, atender el teléfono, ordenar papeles.
Dispone la mesa en forma agradable, con mantel, flores y otros detalles que resulten atractivos.

Consejos para cocinar sano

Selecciona carnes magras: como lomo, peceto ó cuadril.
Si cocinas pollo, tené en cuenta que se debe cocinar sin piel.
En cuanto a los pescados, lo preferible es que sean de mar y no de río.
Reemplaza el aceite por rocío vegetal.
Tené en cuenta que es recomendable reemplazar la crema por el queso blanco.
No salés demasiado las comidas.
Utiliza el horno, la cacerola o la plancha para evitar sartenear.
Tené en cuenta que el vapor conserva mejor las vitaminas y las propiedades de los alimentos.
Reemplaza el azúcar por la sucralosa.
La miel sufre alteraciones al ser cocinada, por eso conviene no hacerlo. Pero al usarla en su estado puro, tené en cuenta que posee muchas calorías.
Usá, preferentemente, leche descremada.
En vez de harina, utilizá fécula de maíz.
No le pongas más de una cucharada de postre de aceite por persona.
Utilizá aceite de oliva.

No confíes sólo en "poner voluntad". Lo que se necesitas para adelgazar y mantenerte es mucha práctica. No intentes incorporar todas las nuevas técnicas a la vez. Para comenzar, implementa aquellos recursos que consideres más fáciles de aplicar en tu situación y luego agrega los demás. Amplía la lista de recursos si encuentras otros que te dan buen resultado.

Fuente: http://www.alimentacion-sana.com.ar/dime-como-comes-y-te-dire-por-que-no-adelgazas/

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